En esta sección encontrará las preguntas que a los padres más nos preocupan. Intentando dar la mejor respuesta según nuestra experiencia. Todo lo aquí expuesto es meramente orientativo y en NINGÚN caso debe sustituir la consulta con un profesional
Reconozco que es muy difícil actuar contra un hijo, pero llegado a estos extremos hay que trabajar con la madre para que se dé cuenta que si no da parte a la justicia, sus vidas se convertirán en un infierno.
El dar la vida por un hijo no tiene absolutamente nada que ver con perderla en sus manos.
¿Quien se ocupará del agresor una vez que haya hecho realidad sus amenazas?
Creo que debemos actuar ante la amenaza a esposas, parejas o madres...cuyo único "pecado" ha sido no querer hacer daño a las personas que más querían... sus verdugos.
Si no estamos seguros de cuál es la decisión adecuada, sugiero que tomes un tiempo para meditar, consultarlo, etc.…
Si te presiona una y otra vez para que le des lo que quiere, recomiendo que directamente le digás que NO, pero que si son capaces de esperar (unas horas, días, etc.…), quizás el resultado sea otro.
Con esto conseguiremos:
1º Estar más seguros sobre lo que tengamos que decidir.
2º Mostrarles que el “acoso”, en este caso con la pregunta, sólo les llevará a lo que no desean.
Como perfectos adolescentes, su “obligación” es llevarnos al límite, utilizando una cara desencajada, expresión de odio y mirándonos a los ojos.
Saben que en los nuestros van a encontrar la respuesta a su exabrupto.
Como padres tenemos que aprender a mantener una cara de tranquilidad y pasividad ante estos ataques.
Respuestas como: "Tú verás lo que te conviene", trasmiten sensación de control, además de considerarlos lo suficientemente “mayores” para tomar sus decisiones y hacer frente a las consecuencias.
En la infinita mayoría de los casos, sus palabras no pasan de ser una mera amenaza con una gran puesta en escena.
La primera vez que mantengamos la compostura será la más difícil, pero si hay una segunda y seguimos con nuestra actitud sin ceder a su chantaje emocional, probablemente sea la última vez que lo utilicen, pues tienen muy claro que si algo no les funciona:
NO VALE LA PENA VOLVER A INTENTARLO.
Instintivamente le ayudamos a levantarse, acompañándolo a su habitación, donde lo desvestimos y lavamos antes de acostarlo.
A la mañana siguiente cuando le intentamos reprochar el lamentable estado en que acudió, no nos cree, pues él lo único que tiene es un fuerte dolor de cabeza que aumenta con nuestros comentarios.
Lo que hace que nos llame locos y que nos exija que le dejemos en paz.
La verdad es que no se acuerda de las últimas horas. Ante lo anterior, les sugiero que tras comprobar que el lamentable estado en que llegan es por haber bebido o tomado otras sustancias:
- O lo lleven al hospital si piensan que su vida puede correr peligro.
- O lo dejen "dormir la borrachera" donde esté, sin levantarlo, taparlo, limpiarlo o recoger nada.
Esta es la manera de que cuando se despierte nadie le tenga que contar como vino.
A su dolor de cabeza le acompañaran molestias musculares y un maloliente olor...
Una imagen vale más que mil palabras.
Suelo utilizar este sencillo ejemplo para visualizar cual es la diferencia:
Cuando nuestro niño estaba enfermo y el médico le tenía que dar un tratamiento nos preguntaba a los padres:
Si le inyectamos el antibiótico, en dos días estará como nuevo.
Si le damos el mismo medicamento pero en jarabe, tardará una semana en reponerse.
¿Como padres que elegimos?
El inyectable, por supuesto. LO QUE NECESITA
¿Nuestro niño que elegiría?
El jarabe, sin lugar a dudas. LO QUE QUIERE
Nuestros hijos son grandes vendedores, pues tienen nuestro corazón de su parte. Pero solo dándoles lo que necesitan, les ayudaremos a crecer.
Hay varios signos que nos pueden dar pistas, pero por mi experiencia personal los más habituales son:
• Cuando el/la adolescente se encuentre deprimido, apático, triste, ausente o agresivo en extremo.
• Suspensos reiterados.
• En caso de delitos con policía incluida.
• Accidentes de motos por imprudencia.
• Ante la incomunicación con padres o animadores.
• Constantes violaciones de la ley con premeditación.
• Frecuente agresión contra compañeros o normas.
• Agresividad incontrolada.
• Delirios de persecución.
• Rencor o deseos de venganza sin motivo que los justifique.
• Negación obstinada de la realidad.
* Son muy escasos los jóvenes que admiten cualquier tipo de consumo y menos ante sus padres.
* No importa la edad que tengan - yo que sepa los hijos no caducan - por lo que cuanto antes se actúe será más sencillo.
* Propóngale hacerle un análisis de orina para dejarlo en paz.
* Si además usted es mujer, separada o viuda y su retoño es hijo único, sepa que tiene más probabilidades de tener problemas.
* Lo que NUNCA debe hacer ES NO HACER NADA, con excusas tales como:
- Con el tiempo se le pasará...
- Cuando cambie de amigos se le olvidará...
- Si ahora todos lo hacen...
- Cuando tenga novia/o, seguro que se le quita la tontería...
- Es cosa de la edad... etc.
Piense que estamos hablando de una enfermedad y ninguna de las anteriores excusas la van a solucionar, me atrevería a decir que más de una puede hacer que empeore.
No le importe ir sola a la consulta de un profesional - si su hijo no le ha querido acompañar - pues seguro que la orientará y así podrá dejar de pasar noches y noches, culpabilizándose por su querido niño.